Se trata de cinco cuevas que exhiben huellas del arte rupestre de los aborígenes cubanos. Según los expertos, las mejor conservadas son las Número uno y Número Dos. Se encuentran en la denominada zona sur de la isla de la Juventud, un territorio casi virginal , donde la acción antropológica no ha sido tan determinante como el norte .
Fernando Ortiz, eminente antropólogo e investigador, llamó en 1922 "Capilla Sixtina del arte rupestre del Caribe insular".
Vale la pena detenernos en la Número Uno. Se muestra un calendario lunar formado por 56 círculos concéntricos : 28 en rojo y 28 en negro, y los nueve planetas del sistema solar. El 22 de junio, día del equinoccio de verano , los primeros rayos del sol iluminan la imagen. También aparece la llamada Cruz Pinera, que señala los cuatro puntos cardinales. También aparecen imágenes que representan símbolos fálicos, la fecundación humana y una surte de serpiente de cascabel. Esto último, ha dejado meditabundos a los espeleólogos acerca del origen de los autores de tales pictografías, pues en la fauna cubana nunca existieron los ofidios de ese tipo, que habitan el sur de Estados Unidos y México.
Hay un túnel de unos 13 metros . En las excavaciones que dieron con él se encontraron restos fosilizados de seres humanos y fragmentos de
utensilios.
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